sábado, 12 de noviembre de 2016

Silencios

Caminando
no estoy solo, ya lo sé
se escuchan dos voces chillonas bajo un techo por allá a lo lejos, quizás se maten;
reí.
Continúo, sin prisa, 
me evaden dos mujeres deviluchas,
tal vez es mi rostro 
o quizá mi hedor
sí, tal vez el alcohol.
No las culpo.
Sigo, no sé bien a dónde voy
ya no se si muevo los pies
o ellos me llevan a mi
pero seguimos.
Los rostros más perfectos los encuentro siempre caminando
de noche
en penumbra,
son arte,
vagabundos,
prostitutas,
drogadictos,
hijos de puta,
enfermos,
dementes,
me cautivan.
Y, es que, cómo no excitarse bajo la noche, la luna, el frío, los miedos, los exiliados, los personajes, los callejones, los rematados, los marginados; la vida.
Siempre, siempre apostaré por estos fétidos retorcidos
por muy inmundos que sean-
me siento en casa.

Desertar

Raudo equipaje para mi eutanasia
el cuervo avisa que mi mente sangra,
el apóstol mintió y miró con algo de gracia,
mi desgracia incrementa a medida que avanzas.
Los ojos pesados, hinchados ya no lloran más
mi cuerpo cansado me pide abortar.
El camino se torna más viejo, rugoso
y bajo el fondo del pozo, mi corazón roto.
Aullidos hilarantes, salientes, entrantes,
no entiendo tu partida ¿Qué fue lo que lograste?
Te burlas, te mientes, te ciegas, no entiendes
el lado más oscuro está dentro de mi mente
¿Vago en las calles o ellas en mi?
En realidad ya no importa 
fue mucho lo que resistí, luché,
escribí, bebí, morí y al fin partí,
la verdad es que te quiero pero no quiero sufrir.
Me apago, divago como un vago, 
bajo la luz de la luna tus ojos se ven más claros
y está claro que te quise y lo digo así en pasado
pa' que mi alma cicatrice y no vuelvas a hacerme daño.



jueves, 6 de octubre de 2016

Alevosía

Hay muchas más cosas por las cuales admirarse:
Una buena botella de vino,
un tabaco recién armado,
un buen revolcón sin sorpresas inesperadas a la mañana siguiente 

o una puta amable a la vuelta de la esquina; no te consumas en ese nido de ratas, 
no te atasques en la mediocridad de lo cotidiano 
no te hundas en ese pozo llamado vida.
Te hablo de algo más que llevar el pan a la casa todos los días 

y verte tranquilo encerrado en cuatro paredes.
No te consumas
no finjas, 

vomita ese miedo intrínseco 
y si al final del día no logras nada, 
pégate un tiro, de todos modos, 
alguien se reiría.




jueves, 11 de agosto de 2016

TARDE

Y sí, recuerdo como solíamos escapar de la culpa
envolviendo en una sábana de inocencia nuestro pesar,
resolviendo todo a medias,
dejando entrar el desdén.
Sí, decíamos tantas mentiras
mentiras rojas, rojas como el mar de tu cien
vivas como el reflejo de tu luna
secreta como el farol en mi piel
Sí, nos atrevíamos a faltar
a no querer demostrarnos pasión
quizá solo por rabia
quizá solo por amor
Sí, entrabamos en recesión
en una cúpula de malos guiones
sin atrevimiento, ni misericordia.