sábado, 12 de noviembre de 2016

Silencios

Caminando
no estoy solo, ya lo sé
se escuchan dos voces chillonas bajo un techo por allá a lo lejos, quizás se maten;
reí.
Continúo, sin prisa, 
me evaden dos mujeres deviluchas,
tal vez es mi rostro 
o quizá mi hedor
sí, tal vez el alcohol.
No las culpo.
Sigo, no sé bien a dónde voy
ya no se si muevo los pies
o ellos me llevan a mi
pero seguimos.
Los rostros más perfectos los encuentro siempre caminando
de noche
en penumbra,
son arte,
vagabundos,
prostitutas,
drogadictos,
hijos de puta,
enfermos,
dementes,
me cautivan.
Y, es que, cómo no excitarse bajo la noche, la luna, el frío, los miedos, los exiliados, los personajes, los callejones, los rematados, los marginados; la vida.
Siempre, siempre apostaré por estos fétidos retorcidos
por muy inmundos que sean-
me siento en casa.

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