martes, 17 de octubre de 2017

Hedor

En medio del tumulto 
destacaba mi soledad,
la oscuridad encabezada de día
la multitud matutina disfrazada de sobriedad 
no disipaba mi borrachera
y como es costumbre 
los comentarios caminaban
pero, poco me importaba ya
si son unos hipócritas,
míralos envasados en su buen vestir e impecable aroma carísimo de formalidad
buenas costumbres y célebres saludos.
Entre lo que me podían etiquetar
varios anti-elogios recibí
pero 
no siento vergüenza alguna
yo por lo menos no miento
no disimulo
no uso máscaras para crearme un falso ánimo de convivir. 
En medio de toda la vergüenza ajena que causé
todas esas palmas tapando los ojos de los infantes 
las usaría para darles un pequeño golpe en la espalda
para decirles que la lástima la siento yo
por ustedes,
por ustedes y sus estocadas vidas huecas y rutinarias
carentes de carácter 
fuego
rabia
y verdad. 
¿Y qué propones?
¿Que te espere con flores?
Si cuando dije que te quería,
respondiste con perdigones.

Auto-pregunta

Paso andando por las calles sin destino
inventando una ruta hacia lo desconocido
arrancando de todo y nada,
fingiéndole a los míos,
me abraza el viento de este crudo frío.


Me paso el día imaginando una salida,
me pesa el maltrato de los malos ratos y camino de prisa
me paso preguntándole a la tarde cuándo se va a ir el fracaso
y en tu retrato te miro inconsciente y no te alcanzo.
Miro a la gente desvalijada y sin sonrisa
me pregunto porqué esta era es tan sombría,
no encuentro a nadie que detenga esta guerra fría
y la vida me mira con cruda sonrisa.
Avanzo y nunca me salgo del camino,
cuando estás más solo se conocen los amigos,
subo cerros y me pierdo en las bajadas,
no quiero volver a mi casa
porque nunca encuentro nada.

Años

Cómo pérfido escritor,
es un animal salvaje;
devora los años y arruga los sueños,
te narra otra historia
y cuando llega el momento
te enrostra con risa lo que se fue
dejaste,
perdiste,
con un fulgor explícito
entre una distinguida risa
y
dejas de ser,
como todos sin querer
-a veces queriendo-
y así,
su plan maquiavélico
sigue su función.



20

Hoy no hay tiempo
espacio
parábolas, ni redención,
no hay conformismo
no hay miedo
no hay sombras
no hay luz.
No hay límites
no hay vergüenza, ni timidez,
no hay silencios, no hay amargura
no hay reconciliaciones.
Hoy, no hay paz.



Del miedo

El éxtasis de la proclamación absoluta del miedo
no tiene precaución alguna
no tiene piedad;
te toma por los pies
y se desliza a una velocidad feroz 
tranquilamente,
descascarandote
dejándote frígido,
creyéndote desnudo
y te ata
te somete
se acuesta en tu regazo y no se va más
queda latente.
Te vigila con recelo
te penetra
esperando el más mínimo acto
para aflorar su presencia.



lunes, 16 de octubre de 2017

¿Me conoces?

¿Me conoces?
¿O me conoces solo en botellas?
No tengo miedo de 
decidirme entrar
si es que estoy afuera
le canto un cuento macabro
convertido en poema
para librarme de los ojos traidores
que me dieron cariño a medias.
No tengo horario restringido 
para recorrer el mundo,
más bien me restrinjo 
de meterme en tus asuntos.
Si hablo del pasado
cierro mis ojos y rueda
mi mente intranquila, inquieta
y también un tanto enferma.
Siento el sigilo nervioso
maquinando algunos planes
para privarme absolutamente 
de casualidades,
ven, acércate 
y destápame algunas verdades 
sin culpa
sin remedio
y sin cordialidades,
dame un gesto honesto
del cual pueda fiarme
para entenderte un poco
o para auto-disculparme.
Camino sin rumbo 
para lograr liberarme
pero mientras más me alejo
más se siente el desaire.
Desdichadamente me mira la luna,
intentando alumbrarme
pero yo ya estoy a oscuras
como una rabia dura
o una enfermedad sin cura
me retuercen lentamente
los recuerdos en penumbra.
Intento escuchar
los argumentos colectivos
pero nada me convence
porque no tienen motivos,
sus ideales están podridos
como el cuarto en el que escribo
agonizando de lunes a domingo.

Mi memoria

Soy ruina,
un rodaje a medias
tus deshechos 
tu basura,
la bicicleta en tu patio
un espejo roto
un punto corrido
un sauco oxidado,
un paso en falso
la palabra de tu enemigo
un ala rota
un orgasmo fingido.
Renazco cada día
en las calles,
del olvido
ácida.
No hay tempestad 
no hay diálogo,
mi prólogo se reescribe,
no hay reconciliación
y nunca la habrá.
Yo por ti:  Bajé la luna
                         pacté al diablo
                         regué el cielo
                         y encendí el pasto
                         Recé un lamento
                         canté un claustro
                         amé el odio
                         y odié tus labios.
                         Cogí un cuchillo
                         corté los lazos
                         tracé una linea 
                         separando el campo.
                         Brinqué en la cama
                         y bailé unos pasos,
                         junté las piezas
                         de un candelabro.
                         Lloré dos mares
                         esperé cien años
                         escribí tres libros
                         y los quemé rabiando. 
                         Despedí la noche
                         esperando tus manos
                         en un crucigrama
                         de vino y cigarros.

Ni más, ni menos

Tengo rabia
y odio
a todo
y me hundo
me sumerjo y ahí me quedo
no salgo a flote por un largo tiempo,
un tiempo prolongado de fuego y rabia intenso.
Que muera el mundo
que arda todo.
Sí ¡Que ardan!
Que explote todo lo que veo
lo que no también,
y yo también
que arda
a lo bonzo.
Sin compasión
sin misera culpa
sin perdón.

Brisa cálida

Tengo un río de lágrimas
acumulado entre mis órganos
se pasea entre ellos como el dueño del lugar,
a veces sube tanto el caudal
que se escapa por las cavidades de mis ojos
y no se tranquiliza hasta verme sollozar.
Vuelve el caudal a su curso
y repite entero su andar,
por dentro de mis órganos
haciéndolos resonar.
Tengo un río de lágrimas
acumulado entre mis órganos
que algún día 
sin remedio,
me verá colapsar.

Sombra

En este humilde silencio me alojo
como a quien le aquejan los años
su pesar
se extienden llanos mis pasos sin cesar
¿Habrá de mi quedado un rastro limpio?
¿Sin grietas de las cuales me pueda ocultar?
Nazco así al filo del recuerdo
donde yace la sed de no querer recordar,
en el sigilo me camuflo
con afán de no reaparecer,
pero, no me pierdo del todo
recuerdo intacto el camino al hogar
como cual maldición me llevase siempre al mismo lugar
y me encuentran en el:
Las falsas sonrisas del ayer,
las oraciones cobardes de quien vive sin vivir,
los miedos cóncavos en aquellas voces
y un porvenir un poco ensombrecedor.

domingo, 13 de agosto de 2017

Dile

Veo miseria
un rostro de sepulcro
azufre en los bolsillos
y la picota destartalada,
acompaña el frío del alba
los guantes no cubren el cuero
el hambre es pan de cada día
y culto asesino de sueños.
La esperanza aquí no existe,
¿Qué le respondo a los niños que sueñan?
A esos que les cortan las alas porque no se puede no más
porque no hay motivo de celebración
porque nacieron para trabajar
porque sí y porque no.
Dile al patrón que hay más que sus ingresos,
hay alas rotas que esperan curarse
una masacre oculta
una madre herida
una tierra que llora.