domingo, 19 de mayo de 2019

La gota

Yace tu cuerpo
la iracunda risa embriagada por el odio
conquista tu rostro 
en esta noche más violenta que fría

Desgasté unos pasos

cerca y redundante

Toma una copa, salud por la porquería

la miseria disfrazada de vida
y la última risa que nos queda

Ante la belleza melancólica

me sentí diminuto
y aplasté mi voz
para no ennegrecer el silencio

La gota, falla y golpea

falla, golpea e inunda 
me tuerce
me asfixia
me pierde.

jueves, 1 de marzo de 2018

Chao Don Nica

Las arrugas inconfundibles en el rostro
por el contorno de los ojos y en la cuenca de los mismos.
Toda la piel, todo el órgano achurrascado de ir y volver
y perderse,
recordando(se) a medias 
con los pies enmohecidos
susurrando una lágrima pobre
esperando la súbita podrida de la vida
la cosa es clara, acá nada perdura
y usted ¿Le tiene miedo a morir?

Desagrado cotidiano


No salgo mucho en el día
porque siempre encuentro alguna excusa
que el sol, que la lluvia, que los sujetos o el aire pesa,
el estorbo es continuo
como la sed para el borracho
mas bien soy una rata
pero testaruda,
me sitúo en lugares poco amigables
en un ambiente hostil
porque de eso vivo
¿Y la alegría?
La alegría me la generan ciertas cosas
pero no las mismas que las tuyas,
algo ambiguo
y por qué no, medio descontinuado
como el whisky sabe amargo para quien no bebe
pero yo vivo sediento
quizás de amor,
quizás de sueño,
quizás de otras cosas,
quizá de whisky
Pero ese no es el punto
yo no persigo pasos que no se quieren quedar
porque quedarse es fácil,
aunque digan lo contrario
y lo que busco es alguien con valor
con cojones para no disimular
Si me molesta, frunzo el ceño
mientras tú te comes las arrugas para conseguir aceptación
Yo quiero rebeldes,
con valor
y no te hablo de centavos
eso en la práctica no sirve
hablo de fuerza, de temperamento
de sinceridad y palabrotas
porque hablar sin talento es una porquería cotidiana
pero expresar con conciencia es un don irremediable.

Retrato



Recuerdo mirarla mientras hablaba,
había cierta euforia en sus ojos apagados
una rabia estrepitosa 
al júbilo del desdén
como si quisiera incendiar al mundo
por todo 
con una indiferencia envidiable
caminaba con cierta seguridad
dejando claro sus pasos
que por cierto,
eran impredecibles
Solo la seguía
con ganas de tenerla en mi mano
y decirle que la pena sobra
pero ella era fuego
-más del que yo podría sostener-
me quemaba
dejándome el norte extraviado
y con la duda atragantada.



martes, 17 de octubre de 2017

Hedor

En medio del tumulto 
destacaba mi soledad,
la oscuridad encabezada de día
la multitud matutina disfrazada de sobriedad 
no disipaba mi borrachera
y como es costumbre 
los comentarios caminaban
pero, poco me importaba ya
si son unos hipócritas,
míralos envasados en su buen vestir e impecable aroma carísimo de formalidad
buenas costumbres y célebres saludos.
Entre lo que me podían etiquetar
varios anti-elogios recibí
pero 
no siento vergüenza alguna
yo por lo menos no miento
no disimulo
no uso máscaras para crearme un falso ánimo de convivir. 
En medio de toda la vergüenza ajena que causé
todas esas palmas tapando los ojos de los infantes 
las usaría para darles un pequeño golpe en la espalda
para decirles que la lástima la siento yo
por ustedes,
por ustedes y sus estocadas vidas huecas y rutinarias
carentes de carácter 
fuego
rabia
y verdad. 
¿Y qué propones?
¿Que te espere con flores?
Si cuando dije que te quería,
respondiste con perdigones.

Auto-pregunta

Paso andando por las calles sin destino
inventando una ruta hacia lo desconocido
arrancando de todo y nada,
fingiéndole a los míos,
me abraza el viento de este crudo frío.


Me paso el día imaginando una salida,
me pesa el maltrato de los malos ratos y camino de prisa
me paso preguntándole a la tarde cuándo se va a ir el fracaso
y en tu retrato te miro inconsciente y no te alcanzo.
Miro a la gente desvalijada y sin sonrisa
me pregunto porqué esta era es tan sombría,
no encuentro a nadie que detenga esta guerra fría
y la vida me mira con cruda sonrisa.
Avanzo y nunca me salgo del camino,
cuando estás más solo se conocen los amigos,
subo cerros y me pierdo en las bajadas,
no quiero volver a mi casa
porque nunca encuentro nada.